3 de julio de 2025

Animal (tercera parte)

I

Me dije que en tu nombre cabría
hasta el último de mis deseos
Y deseé llenarlo con un último ímpetu
animal
(lámapra de maravillas sin luz)
Pero me lo dije muy quedito
Muy a propósito
(sin propósito)
Muy al principio
(sin principio)
y algo terminó saliendo mal

Envión envenenando nueve vidas
La novena es la vencida
La tercera, una avenida
La primera, vanidad

Puerta de entrada sin salida
Laberinto místico
    de espuma
        infinita
Última caja de Pandora
para dormir nuestra ansiedad

Tu decepción
(Cuántica)
(Consumada)
(Consumida)
de ánimo
animó
el primer día
y desanimó
el día final

No fue que fuera fuerte
Fue que no supe conocerte
Y aunque quise verte
(traté)
con el ojo que no ve
no pude
(traté)
ver más allá de nuestra suerte
poco más (poco menos) que animal

 
II

Ánimo animal
Última parte
Sueño aparte
De un espacio para el desastre
horizontal

Calamidad
Desde el primer día
Eternidad
Que eternamente termina
dejando en el olvido un sueño fugaz 

Si te dijera que te encontré como mar inoportuno,
¿qué dirías?
Si supiera que lo podía evitar,
¿lo haría de nuevo?
¿Elegiría ahogarme otra vez en vez de nadar?

No te voy a extrañar
Melancolía seca
Fuente terca
Locura desmantelada
Cura licuada
Destilado directo de la caña
Tu hazaña:
ver más allá del azúcar y el azar

(Y los bailes que, cuando se va, te quita el mar)

Con tiempo, desmantelé también lo críptico
Abrí tu hermetismo
Y me volví por tercera vez animal
Sin superpoderes
(más allá de poderte amar)

Solo que la transformación fue paralela
En ese tiempo quedo y suave que desvela
Un descubrimiento marginal:
la grieta siempre estuvo abierta:
intenté llenarla con agua y sal

Me interesó el arte portátil
Dulce sueño volátil
Despertar (y dormir) pensando: "algo está mal..."

Rancio y vacío
Compatible solo el frío
La falta
Y la esperanza sin realidad


III 

Sueño sin sentido
Sueño despierto
Sueño dormido
Sueño animal

Hubo (habría) que darle un cierre
A estos poemas malditos
Con terapia, poco a poquito
Aprendo a ponerles punto final

El reto no era estar solo
Era estar a tu lado
Era vivir drogado
Detener el tiempo y el sufrimiento
Con la eterna esperanza de mi sobriedad

Escribir esta última línea
Esta última parte
Un verso sin arte
Sin (ya) amarte
Sin importar la nada que quedó
Después de ser tres veces animal

31 de marzo de 2025

Fénix

Me aferré a la ilusión de pensarte encima de mí todo el tiempo.
También a esa misma realidad.

Jessica bendita: me perdí en tu intensidad.

Me agarraste volando en fuego. En juego.

Me agarraste sin siquiera tantita realidad.

Me acuerdo cuando se me rompió el cajón un día que tenía mis pregabalinas guardadas para cualquier emergencia. Y la emergencia ocurrió cuando me las tomé todas y me tatué la cara. Pensando en ti.

El tatuaje ya nunca se borró.

El tatuaje ya se terminó.

Y puede que lo borre mañana.

 

(Pero ya nunca se borró.)

 

Te me quedaste tatuada en tus costillas, Jessica. Te me quedé tatuado en la cara. 

Pues saliste cara.

No quisiste ver: ¿para qué? 

Ve ahora, invisible: me contagiaste la estructura de la soledad. Tu pusiste la estructura, juntos pusimos la soledad.

Me despido sin verte: casi nunca te pude ver (te veía solo cuando desaparecías). Me contradecías. Me desaparecías. Me insistías.

 

Me perdí.


Rompí el cajón de las pastillas. Migré dos veces escapando de ti. Me encontré perdiendo mi estabilidad.


Escapé.


Escapé.


Escapé.

 

Dice mi oráculo que soy fénix. Pero fue demasiado fuego y demasiada ceniza.

Hoy, pluma en mano, vuelo poquito, y ya no te encuentro en mi verdad.