8 de septiembre de 2025

Sisma

Accidentalmente, me provoqué otro micro sisma en el corazón

Tenía el propósito de provocarlo accidentalmente, de modo que no sé ya cómo definiría accidente.

Sisma cósmico de eventualidad propositiva. Así fue el accidente: lleno de falsas expectativas poéticas.

Queriendo marcar la transición de un sistema de vida caduco a uno en construcción. Y yo, siempre (pero también nunca más) perdido en la transición. 

Y es que hace muchísimo tiempo que no encuentro eventos ni palabras para hacer una crónica. Entre ahogado, perdido y guarecido en un mundo donde no hay mucho qué contar.

Así, en tu nombre, que no escribí, encontré otros iguales, que ya había escrito muchas veces.

Y en tu cara, la fotografía que no cabría nunca más en el sueño. Punzó mi deseo y lo destruyó para permitirme aterrizar en la realidad donde (qué bueno) nunca exististe.

Volé alto, pero esta vez no toqué el sol. Ucronía del mito del minotauro, llegué sin papá a tierra segura con mi propia cera.

Y mis alas consolidaron un nuevo vuelo llamado Honor. 

Como quien va en el aire prometiéndose no caer, no caí.

En toda la gravedad que cabe en 48 horas, como hace mucho (como hace nunca) caía, ya no caí.

Último sisma y poesía legendaria de logros inequívocos; cerrando todas las cajas de pandora, también encontré vida. No en la tuya, que desconocí desde el inicio: en la mía, que empiezo a conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario