3 de abril de 2011

Conociéndome

Ahora que creo conocerme todo, un gusano se acerca a mi oído y susurra cosas ininteligibles. Al no entender qué dice, intento interpretar el simple hecho de que un pequeño gusano esté hablándome. Él tampoco me entendería, pienso.
Quizás quiera decirme que no es posible conocer todo de nada, ni siquiera de uno mismo. Porque, al encontrarme estacionado (probablemente por más tiempo del que jamás esperé estar estacionado) miro para atrás y recuerdo cómo era mi conciencia cuando niño; cómo era después de eso; cómo es ahora. Y pienso, en el presente que avanza inexorable, que en este momento estoy completo; pienso que me conozco en un nivel cercano a la perfección.
Entonces llega el gusano y me dice (ahora lo entiendo): "Cualquier momento pasado ha pasado por la máquina interpretativa a la que llamas presente. Y si miras el pasado como algo incompleto, te engañas al creer que este momento es distinto. Ya avanzarás, ya te volverás a mover, ya llegarás a un futuro que se convierta en pasado, y nunca, mientras lo sigas intentado, dejarás de conocerte".
"Gusano malicioso", le digo. Y no sé, pero me gustaría creer que él también me entiende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario