3 de mayo de 2015

Punción

La burbuja del deseo lleva siempre contenidos misteriosos.
No se toca.
A punto, es sentir muy de cerca la más real de las fantasías.
Es la respiración que se escucha entre dos que usan la boca para hablar un lenguaje infinito sin decirse nada.
Es la mirada que se pasma entre dos que a propósito se vuelven ciegos un instante que dura todo el tiempo.
Es el juego de dos que se tocan y tocarse es tocarlo y tocarlo es punzarlo.
Es el deseo de descubrir de qué está hecho el deseo.
No se toca: para qué averiguar.
A veces de carne, a veces de agua, a veces de nada.