31 de julio de 2011

Cuando salga

Cuando salga de esta miraré al cielo y me imaginaré una figura preciosa en las nubes. Veré tu cara sonriente y apreciaré que aunque la belleza sea dinámica nunca se va. Te tomaré las manos y sentiré tu calor.
Cuando crezca y vuelva a saber qué se siente estar contento, compartiré una risa genuina contigo y pondré más atención en los detalles insignificantes que le dan sentido al mundo que gira. Cuando deje de ver hacia la sombra interior dejaré que me contagies de tu luz y, con cuidado, encenderé una vela que dure mucho tiempo prendida.
Quise creer que la felicidad no existía y ahora que me he convencido, sé que la tristeza absoluta tampoco puede prolongarse indefinidamente. Cuando consiga hacerme grande, y vea todo lo que está pasando ajeno y pequeño, sé que estarás conmigo, como una parte fundamental de mi —de nuestro— tamaño.
Paciencia y movimiento, nada más.

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