11 de marzo de 2010

Ello y yo

No estoy vacío, pero igual no siento nada. Casi nada —casi—. Nada, al final —nada—.
"Pero si el ello soy yo, doctor", le diría; no soy psicoanalista, pero eso le diría.
Ello, lejano, distante, probablemente ajeno; inherentemente mío, intrínsecamente yo, esencialmente yo.
Era
yo, el ello era yo: extraño —y lo extraño—.




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