11 de agosto de 2010

Metrobús

Viajar en metrobús, además de ahorrar tiempo y evitar el tráfico, tiene varias ventajas desconocidas. Así, casi sin pedirlo, entró un niño futbolista —tal vez siete años— y su padre —más de cuarenta—. Hablaba: de futbol, de televisión, de casi cualquier cosa. El padre escuchaba: impaciente. Pero la energía de un niño para hablar (cuando la tiene) es inagotable.
Le pidió: Papá, deletrea Wal-Mart (pasábamos cerca de uno). El papá lo hizo: Doble u, a, ele, eme, a, erre, te. Pasó un rato, y luego pasamos cerca de ese edificio: A ver, papá, deletrea Secretaría de Seguridad Pública. El papá, que ya desde antes mostraba desgano, sólo dijo que no.
Pero las energías no se acaban cuando hay algo de que hablar, y en ocasiones lo olvidamos. Algunos niños no lo hacen: Bueno, una más corta, dijo al final.

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